Del 1 al 3 de septiembre tuvimos en nuestras instalaciones un evento especial dedicado a los más jóvenes. Desde el primer momento se mostraron llenos de curiosidad por descubrir qué se esconde dentro de un ordenador, cómo funciona eso de Linux y el software libre y por qué las tres “R” del reciclaje son tan necesarias.

Los protagonistas fueron Luca (12 años), Mattia (8), Nikola (9), Telmo (6) y Adrián (9). Cinco chavales con ganas de aprender y preguntar sin parar, con un interés genuino por todo lo que se cuece en Reciclanet. Así cumplimos con uno de los principales objetivos de estas jornadas, dado que vemos fundamental formar una conciencia crítica y sostenible desde la infancia a través del juego y el trabajo colaborativo.

Empezamos con un recorrido por Reciclanet, en el que les contamos qué hacemos con los equipos que recibimos y cómo les damos una segunda vida. Les mostramos piezas sueltas de un ordenador, para que nos contaran ellos qué sabían, y después pasamos al que sin duda fue el momento estrella: ¡cacharreo puro y duro!

Pudieron descubrir qué hay bajo la carcasa, hurgar en el hardware y extraer e identificar componentes. Todo ello muy entusiasmados por la idea de poder manipular equipos sin miedo a romperlos y contando con todas las herramientas y medidas de seguridad pertinentes. Y es que Reciclanet es un espacio libre y seguro, que abre sus puertas a través de actividades dirigidas a todo aquel que tenga ganas de aprender.

Lo cierto es que los chicos dieron la talla más que de sobra, desmontando ordenadores de sobremesa como auténticos técnicos. Con cuidado y las herramientas adecuadas, al finalizar la actividad sabían reconocer los componentes básicos de un ordenador y su función. Colocar todo de nuevo en su sitio ya estaba más complicado, pero aprovechamos el despiece de estos equipos para después separar los residuos y depositarlos en el lugar adecuado (metal, plástico, baterías, fuentes de alimentación, etc) y dejar bien limpio y despejado el lugar de trabajo.

Aquí pudimos hacer hincapié en el impacto ambiental de la tecnología y cómo se gestionan los residuos electrónicos en Reciclanet. Les explicamos también cómo hacerlo correctamente en casa. Llegaron sin saber qué hacer con los teléfonos móviles u ordenadores viejos que tenían, y se marcharon siendo conscientes de la importancia de reducir, reutilizar y reciclar y cómo proceder con este tipo de residuos.

El segundo día subimos un poquito de nivel y cada niño recibió un portátil, bastante más complejo para desmontar que uno de sobremesa; y la cara de orgullo de un chaval cuando por fin consigue sacar un tornillo que se resistía, ¡no tiene precio! Y todo lo extraído lo volvimos a clasificar cuidadosamente para su reciclaje. Después, se les entregó a cada uno un sobremesa funcional y aprendieron a conectar teclado, ratón, monitor, alimentación e internet. Todo era un embrollo de cables perfectamente ordenado y funcionando en su sitio, gracias a que el que sabía más, ayudó a los demás. Así ellos, de manera espontánea, revalorizaron el trabajo comunitario y colaborativo, uno de los pilares fundamentales de la filosofía del software libre.

Al encender los ordenadores que ellos mismos habían conectado, descubrieron Linux. Ninguno de ellos lo había utilizado anteriormente, aunque a alguno le sonaba. Aprendieron a descargar e instalar juegos, entendieron las diferencias básicas entre los sistemas operativos Linux y Windows y, sobre todo, se quedaron con la idea de que hay sistemas operativos libres, accesibles y pensados para compartir.

El último día fue más relajado, para consolidar lo aprendido. Participaron en un divertido juego de preguntas y respuestas (Kahoot) donde demostraron que habían captado los conceptos clave sobre software libre, reutilización y componentes. El juego también nos sirvió como herramienta para abrir espacio a dudas y dejar que ellos mismos explicaran algunas de las preguntas. Para cerrar, les entregamos un diploma y un pequeño obsequio (su primer juego de destornilladores), pero lo mejor fue ver sus caras de felicidad por todos los retos superados y que sin duda se iban con muchas ganas de volver.

Lo más valioso de estas jornadas ha sido ver cómo los niños descubren que la tecnología no es solo consumo, sino también conocimiento, respeto y colaboración. En Reciclanet creemos firmemente que la educación tecnológica debe ser libre, divertida y consciente. Estas jornadas nos han recordado que, cuando se mezcla conocimiento con juego, el aprendizaje florece. Y que los niños, cuando se les da la oportunidad, pueden convertirse en auténticos agentes del cambio.

Kaixo!

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